Cada vez que se vuelve a Paris se siente diferente, una renovación constante producto de ser sin lugar a dudas el centro mundial de la moda, en una ciudad eternamente fascinante.

Una exquisita combinación entre su arquitectura urbanística monumental clásica y los diseños de quienes en cada temporada proponen formas, texturas y colores con avances sorprendentes, que mezclan lo clásico y futurista en maridajes que a veces suelen resultar excesivos como la colección invierno 2024 de Louis Vuitton…

 

Esta tendencia que arrasa en las generaciones más jóvenes, con un impacto mediático tan avasallante que ha conseguido dividir el consumo entre quienes optan por el diseño exageradamente vanguardista y demasiado contemporáneo de las grandes marcas y los que apuestan al movimiento del “lujo silencioso” para reposicionar a la distinción como único estandarte del “encanto”, en diseñadores emergentes, o en directores artísticos que otrora fueran “trend designers” como Monsieur Jhon Galliano, fichado para “Maison Margiela”.

 

 

 

En cuanto a las tendencias en cabello, haber notado una marcada vuelta a lo clásico fue sorprendente… Castaños, rubios y cobrizos con distintos tonos en contraste, pero engamados y con matices para una melena más brillante. Alterna la intensidad de cada tonalidad con tonos más claros que le dan relieve y reflejos luminosos creando una melena llena de vitalidad y brillo… Muy pocos plenos. Tonos fríos en cortes bob en todas sus versiones, el pixie también en diferentes largos y el siempre favorecedor clavicut. Para destacar: Imposible detectar colores fantasía, muy pocos, casi nada… Out a los colores primarios o “neón” … Otra gran apuesta de la moda y con un sentido muy contrapuesto, pero con lógica: ¡Las pieles naturales, pero en abrigos vintage con diseños transformados para contar una nueva historia! ¡Nada que se haya confeccionado nuevo! Un recurso pensado en ayudar a preservar el planeta de los materiales sintéticos cuya durabilidad es corta y su biodegradabilidad centenaria… Un despliegue de tapados rememorando otras épocas, años pasados de irrepetible encanto, llevados hoy de forma muy “canchera” y descontracturada: capas y chalecos, pero todos con jeans y zapatillas

 

 

Un tip excelente para tener en cuenta: Metro hasta la Bastilla, desayuno tardío en “Carette” bajo los soportales de la Place des Vosges. Una caminata por Le Marais hasta el Centro Pompidou para despedirnos de su arte hasta el 2030. Desde allí hacia la Saint Chapelle, para luego caminar bordeando el Sena hacia la Rue de Saint Honoré… Luego a la Place Vendome, finalizando la tarde en la “Ritz Paris Le Comptoir”. El nombre de la pastelería y salón de té de François Perret en el Ritz. En el número 38 de la rue Cambon, enfrente de la maison Chanel, para descubrir, todo tipo de pastelería, el emblemático pain au chocolat y todas especialidades del chef que tanto gustan.

Paris marca tendencia, diseña y a la vez enseña con la multiplicada e inagotable expresión de sus creadores. Es la puerta de entrada para la elección entre quienes se destacan por componer de manera única no solo lo que nos viste.

Paris siempre, por eso es eterna…
G.S.

Barcelona modernista…
Madrid como en casa…